README.16: hoy puede ser tu gran noche
Lo que puedes aprender de tu cuñado en la cena de Nochebuena
Te voy a contar algo que no enseñan en los bootcamps, ni en LinkedIn Learning, ni en el máster carísimo que estás pagando a plazos.
La cena de Nochebuena con tu cuñado es uno de los mejores cursos de empleabilidad que existen.
Gratis. Doloroso. Real.
Tu cuñado no sabe programar.
No distingue Java de JavaScript.
Pero gana más que tú.
Y eso ya debería hacerte sospechar.
Primera lección: la realidad no premia al más técnico, sino al más útil.
Tú hablas de arquitecturas limpias.
Él habla de “cerrar un acuerdo”.
Tú explicas cómo optimizaste una query.
Él explica cómo convenció a alguien para pagar.
¿Quién crees que el mercado escucha?
Segunda lección: sabe vender sin decir que vende.
Tu cuñado no dice “soy muy bueno”.
Cuenta historias. Exagera resultados. Simplifica.
Tú, en cambio, te escondes detrás de tecnicismos como si fueran un escudo.
Y luego te preguntas por qué no te llaman para entrevistas.
Tercera lección: no espera a que le den permiso.
Tu cuñado opina de todo. Aunque no sepa.
Tú sabes… y te callas.
En el trabajo, ¿adivina quién asciende antes?
Cuarta lección: entiende el juego social.
Sabe cuándo hablar.
Cuándo callar.
Cuándo caer bien.
Cuándo parecer seguro aunque esté improvisando.
Eso también es una skill.
No sale en el roadmap.
Pero decide carreras.
Quinta lección (la que más duele): no se identifica con su trabajo.
Si algo sale mal, no se hunde.
Tú sí. Porque “eres programador”, no “trabajas programando”.
Y ahí te vuelves frágil.
Si eres junior o mid y solo mejoras código, estás entrenando medio perfil.
El otro medio lo aprendes en cenas incómodas, conversaciones absurdas y gente que te cae mal.
La empleabilidad no es caer bien.
Es entender cómo funciona la gente que decide.
Aunque sea tu cuñado.


