README.05
El mayor enemigo de tu carrera tech no es la IA… eres tú
La Inteligencia Artificial no quiere quitarte el trabajo. Ni tiene un plan secreto para convertirte en un apéndice inútil que solo pulsa botones cuando la máquina lo ordena. La IA no sabe ni quiere dirigir reuniones, conseguir presupuesto, defender proyectos o decirle a un jefe que se equivoca. La IA no tiene sueños, ni ambición, ni ganas de mandar. La IA no es tu rival.
Tu verdadero enemigo eres tú.
Esa versión tuya que piensa que todo se arregla siendo un poco más técnico.
Ese “solo necesito aprender este nuevo framework y ya” que llevas repitiéndote diez años.
Ese “el mejor contenido está en el código” que te hace callarte cuando deberías abrir la boca.
Si te dijeran que dentro de cinco años vas a seguir igual, ¿qué excusa te pondrías?
Porque la realidad es que la mayoría de perfiles técnicos no pierden oportunidades por falta de capacidad, sino por falta de influencia.
Los que deciden no siempre son los que más saben.
Lo sabes. Lo has visto. Te ha dolido.
Hay gente con menos talento que tú tomando decisiones que tú deberías tomar.
Y no es culpa suya: ellos se hacen ver, tú te escondes.
Muchos perfiles senior viven con una mentalidad adolescente: “yo hago las cosas bien, que el mundo lo note”.
Pero el mundo está ocupado con sus mierdas.
Si tú no haces que te vean, no te ve nadie.
El día que te das cuenta de esto, hay dos caminos:
1️⃣ Amargarte pensando que “no valoran tu trabajo”
2️⃣ Convertirte en alguien imposible de ignorar
Adivina cuál paga mejor.
Gestionar conflictos.
Explicar decisiones a negocio sin tropezarte en el camino.
Pedir recursos sin que parezca que mendigas.
Negociar plazos imposibles y salir vivo.
Presentar ideas que convenzan antes de que el PowerPoint se muera de vergüenza.
Eso es lo que marca la diferencia entre ser Senior y ser alguien que decide.
Es lo que convierte tu conocimiento en poder.
Es lo que mueve tu sueldo hacia arriba.
No tienes que ser simpático.
Ni extrovertido.
Ni ponerte a posturear en LinkedIn como un pavo real.
Solo necesitas entrenar las habilidades que nadie te enseñó: comunicar, influir y hacerte notar donde se reparte el futuro.
Porque la IA podrá escribir código, pero el que manda eres tú… o el que se atreva a mandar en tu lugar.
Que no sea el segundo.
Si ya sabes lo suficiente, ahora toca que te escuchen.


